Thursday, December 08, 2011

CRISIS FINANCIERA... Y MUNDIAL interesante arículo



SOBRE LA CRISIS FINANCIERA



(Ing. Reynaldo Zavala – abril 2009)

Sobre el particular quiero manifestar una opinión, que desde el punto de vista de las teorías marxistas, con las que en algún momento de mi juventud tuve contacto, creo se puede entender mejor y en forma mas sencilla el origen, el por qué, el cómo de esta crisis que se nos presenta en la actualidad y con ello poder hacer algunas disquisiciones sobre la duración de la misma y el futuro que nos espera.
Partiendo del concepto principal de que lo único que crea valor, es el trabajo humano, se deduce que toda la riqueza creada durante casi dos siglos del sistema de producción capitalista, no es otra cosa que trabajo humano acumulado. Esto hay que recalcarlo insistentemente, para que no haya ninguna duda de que el valor de la mercancía es resultado del trabajo humano, o sea del uso de la fuerza humana de trabajo y su capacidad creadora de nuevas tecnologías que aumentan la productividad en todos los campos de producción, y de paso mejoran todos los procesos de la actividad humana.
De ello se desprende que las operaciones comerciales, bancarias y financieras no generan valor alguno; a través de ellas lo que se hace es redistribuir el valor creado en los procesos de producción. Si no se considera esta realidad, se va crear la ficción que los capitalistas tienen, de creer que su capital es el que genera el valor, ya que ellos obtendrán ganancias, que no es lo mismo que crear valor, en cualquier sector en que participen, sea éste, industria, agricultura, comercio, la banca, las finanzas, los servicios, inclusive en el juego, instalando tragamonedas, y hasta con la prostitución, o vendiendo entradas para el cine o para el circo. Lo único que le interesa al capitalista es obtener “ganancias” sea como sea, esto es apoderarse de algo del sobre valor que dentro del sistema imperante, se encuentra redistribuido en la forma dinero por doquier.
Es necesario también enfatizar que en el sistema capitalista se ha impuesto la forma dinero, como equivalente del valor. Naturalmente este valor expresado en dinero, que en la inmensa mayoría de los casos tiene la forma de papel, debe tener un respaldo en oro, el que desde la aparición del sistema se consideró como un equivalente del valor real de cualquier mercancía. Sin la existencia del dinero, no se podría explicar, la realización a gran escala de mercancías, o en otras palabras la existencia del actual mercado mundial.
Por si alguien no entendió la necesidad de la existencia del dinero como equivalente del valor, tiene que imaginarse por ejemplo, que es un sastre y que produce un pantalón, que por ser trabajo humano tiene un valor con el que puede comprar por ejemplo pan, y se va a la panadería, donde se encuentra con el panadero cuyos panes son también producto del trabajo humano y por ello tienen un valor determinado, ambos el sastre y el panadero, se verían metidos en un gran problema tanto el sastre con su pantalón como el panadero con sus panes, si no existieran las monedas que representan o equivalen al valor producido por cada uno de ellos.
En el sistema de producción capitalista se producen una variedad casi infinita de productos que van desde clavos, televisores, medicamentos, zapatos, etc. etc., hasta casas, autos, aviones, barcos, nuevas tecnologías, etc., etc., todos ellos tienen la categoría de mercancías, esto es poseen un sobre valor, después de haber cubierto los costos de las materias primas, las depreciaciones de las instalaciones y pagar sueldos y salarios al personal que intervino. Estas mercancías son objetos para vender, que se realizan (venden) en el mercado, con el fin de recuperar el sobre valor que existe en ellas, lo que normalmente se considera como la “ganancia” del negocio. Esto es de una importancia fundamental para garantizar la reproducción de nuevo sobre valor.
En el sistema capitalista la mercancía cumple un ciclo inevitable que es fundamental para el sistema: se produce, se realiza (vende), con ello se recupera el sobre valor que lleva que lleva consigo, con lo cual se asegura la reproducción de nuevas mercancías con su correspondiente sobre valor. Es necesario aclarar que todo el sobre valor creado históricamente, nunca ha ido ni antes ni en la actualidad, a manos de quienes lo producen sino a mano de los capitalistas, dueños de empresas o consorcios generalmente transnacionales.
Pero para que la mercancía se venda tiene que haber compradores, esto se consigue en parte mediante el uso permanente de los medios: la televisión, la radio, los periódicos que día a día , minuto a minuto, segundo a segundo están metiéndole en la cabeza a la gente, sin vergüenza alguna así no sean ciertas, las bondades de los productos ofrecidos.
Sin embargo esta capacidad de compra de la población tiene límites, pues en la medida en que pasa el tiempo y se desarrollan nuevas tecnologías, las cuales permiten aumentar en forma extraordinaria la productividad en las operaciones de producción, aumenta el desempleo. Se sabe por ejemplo que hubieron talleres en los que antes trabajaban cientos de trabajadores, hoy en día con la aparición de nuevas maquinas, se da ocupación a unos cuantos trabajadores, y siguiendo este ejemplo en los grandes centros de producción de los países altamente desarrollados, ese esquema se presenta aumentado exponencialmente con la aparición de las nuevas tecnologías y afecta en todo el mundo a cientos de miles, o a millones de personas que tienen que dedicarse a cualquier cosa para poder subsistir.
La aparición de nuevas tecnologías, que como ya se dijo más arriba son también resultado del uso de la capacidad humana de trabajo, han producido naturalmente una disminución considerable, a nivel mundial, de la cantidad de personas con capacidad de compra; esto es, ha disminuido el campo de los compradores, así que por mas propaganda que se haga y aun con gente deseando comprar una mercancía que satisfacerla sus necesidades, no podrán hacerlo.
Otro de los grandes problemas que ha planteado la aparición de nuevas tecnologías es que ha influenciado la velocidad con que se desarrolla todo el sistema mercantilista del capitalismo. Ahora con la aparición de la computadora, de Internet etc., las comunicaciones que antes duraban meses, semanas, días, en la actualidad duran minutos y hasta segundos, y las ventas de mercancías se pueden realizar en cualquier parte del mundo en el menor tiempo posible sin problemas.
Esto ha favorecido la aparición de nuevos grandes centros de producción de mercancías como son China y la India, entre otros, razón por la cual al aumentarse la producción de mercancías a nivel mundial, todo el sistema capitalista entra en una contradicción insoluble, pues por un lado se ha aumentado ilimitadamente la producción de mercancías y por otro lado los mercados a nivel mundial no responden por que la capacidad de compra de la población, ha disminuido también a nivel mundial.
De todo ello se desprende que la actual crisis, denominada financiera, es una crisis estructural de todo el sistema capitalista existente y que afecta a toda la humanidad sin excepción. Esto es así porque en el capitalismo, se produce mercancías fundamentalmente para obtener “ganancias”, independientemente de si ellas van a satisfacer o no, necesidades básicas de la población. No es raro que mediante el sistema de propaganda se este creando necesidades ficticias en la mentalidad de las gentes, para que compren mercancías, que no satisfacen necesidad real alguna de las personas.
De este análisis, muy general, es de asumir que la actual crisis no va ser resuelta fácilmente, pues los centros de producción chicos o gigantes en todo el mundo, están trabajando a medias, si es que están operando, y millones de trabajadores, que son los creadores del valor, están engrosando el sector de la población cuya capacidad de compra ha disminuido, lo que es uno de los factores de la crisis actual. El valor distribuido en los diferentes sectores de la actividad humana a través del comercio, banca, finanzas, servicios, etc., va a jugar un papel importante durantes el desarrollo de esta crisis, mientras el dinero que representa ese valor mantenga el respaldo correspondiente.
Los representantes de los centros más importantes de producción del mundo y en especial Estados Unidos, han reaccionado frente a esta crisis con la emisión de millones de millones de dólares, moneda que desde hace más de treinta años no tiene ningún respaldo, y que sumados a los ya existentes que circulan en el mundo, realmente ascienden a cantidades inimaginables de dólares en circulación, los cuales difícilmente pueden considerarse como medida del valor de todas las mercancías que circulan en el mundo y menos como medio seguro de pago.
La política de poner en marcha la maquinita para la impresión de dólares, representa según parece una acción desesperada de los representantes del capitalismo mundial que en su intento de amenguar los efectos de la crisis, están corriendo el riesgo de ahondarla aun más.
Según el razonamiento que estamos siguiendo, la crisis actual se produce en razón de que se ha roto el ciclo natural de la mercancía, esto es ser producida, ser realizada (vendida) y el sobre valor que lleva consigo vuelva para continuar la reproducción de nuevo sobre valor. Esto podría llevarnos a comprender mejor la crisis actual, pues al parecer, con bastante aproximación, ella es resultado de las contradicciones internas de todo el sistema capitalista, las cuales estarían dadas por la existencia de un sector productivo extraordinariamente grande, que ha alcanzado un grado de desarrollo nunca antes imaginado, pero que en la actualidad no puede ser utilizado a plenitud, para seguir creando sobre valor (usando la fuerza humana de trabajo), y que posiblemente cuenta con miles de millones en stocks de productos terminados, de materias primas, etc. y por otro lado una población de alrededor de 7,000 millones, cuya mayoría no tiene capacidad de compra y de las que se sabe que alrededor de mas de 1,000 millones (mil millones) están viviendo en una situación de pobreza extrema, que apenas tienen para comer.
De todo este panorama general se podría afirmar con alguna certeza que esta crisis va a durar dieciocho meses, un año, dos años? ¿Sería posible que el sistema se recupere y cómo, para que siga produciendo mercancías según el esquema actual? Según lo que se vislumbra es que en uno o dos años o mas, con seguridad se podrá poner en marcha parte del sector productivo mundial y en ese tiempo por su lado quedaran millones de trabajadores en todos los escalones del aparato productivo y en general de toda la actividad económica en calidad de desocupados. Según datos recientes de la OIT, se estima que la actual crisis esta dejando sin trabajo a más de 200 millones de personas.
De todo este análisis muy general de la situación que se nos presenta, se desprende que todo el sistema se encuentra entrampado por la paralización de gran parte del aparato productivo que significan cantidades astronómicas de inversión no utilizada y por otro lado el debilitamiento extraordinario de los mercados, es decir del poder de compra de la población en todo el planeta.
Por supuesto para los grandes consorcios que dentro de este esquema puedan subsistir, la crisis esta pasando, y para ellos todo fue un susto de un par de años y pondrán en marcha todo el aparato publicitario disponible (prensa escrita, radio, televisión etc.) para que la población lo considere así. Pero la realidad es otra, esta crisis es una crisis total del sistema. Otro tema que se deriva de esta situación, es el peligro del aumento de la agresividad de las grandes potencias industriales, originada por la lucha de los pocos mercados importantes que queden, esto es por el dominio de algunos países que sean considerados como mercados potenciales, esto es, donde se estime que su población tenga aun alguna capacidad de compra.
De todo lo cual se deduce que los grandes consorcios transnacionales, para poder subsistir dentro del marco de esta crisis, se verán obligados a endurecer aun más el sometimiento de los gobiernos de los países que son sus proveedores tradicionales principalmente de materias primas.
Esto significa que se seguirá aplicando con mayor intensidad la política del neoliberalismo mediante la cual el Estado Nacional como representación de los pueblos que habitan en él, prácticamente desaparece porque van a primar sobre todo los intereses de los consorcios transnacionales, pues según la política neoliberal, el Estado no debe intervenir en ningún caso con reglamentaciones que impidan el “libre desarrollo” de la inversión privada, en particular extranjera, para lo cual tendrá que ponerse toda la legislación y en general todo el aparato burocrático del Estado a su servicio. Esto último lo escuchamos casi todos los días, cuando los representantes del gobierno propagan la versión de que solo con la inversión extranjera el país saldrá del subdesarrollo y desaparecerá la pobreza de nuestro pueblo.
Pero el resultado es otro, todos los días también, constatamos que las empresas mas importantes del Perú se encuentran en manos extranjeras, como por ejemplo la minería, la siderurgia entre otras, lo mismo pasa con la infraestructura del país, como son nuestros puertos, aeropuertos, empresas eléctricas, telefonía, aviación, etc.,etc.
Dada esta realidad que constatamos a diario, los peruanos estamos perdiendo, si es que ya la hemos perdido toda, la categoría de dueños de nuestro país, o como ya alguien dijo, nos estamos convirtiendo, si es que ya no nos hemos convertido en simples empleados de los extranjeros y esto en nuestra propia tierra,
La aplicación del neoliberalismo no es pues una necesidad creada por los gobiernos para mejorar el desarrollo del país, al contrario es una necesidad, que estos momentos de la llamada “gran crisis financiera” las grandes transnacionales imponen con mayor presión a los gobiernos de los países subdesarrollados con el fin de asegurar la “legalidad” que les permita llevarse a costos ínfimos las riquezas naturales del país.
Los gobiernos que actúan dentro del marco de la política neoliberal, solo defienden intereses extranjeros, así por ejemplo han creado leyes que declaran que todas las riquezas existentes en el subsuelo no son propiedad de los habitantes de la zona, que son sus verdaderos propietarios, sino del Estado. Con esta ley están presionando para desalojar de sus tierras a poblaciones enteras en razón de que se ha descubierto que sus propiedades son ricas en gas o petróleo, en oro, en cobre, etc., naturalmente quienes están tras estas riquezas no son en el caso nuestro los peruanos, o el gobierno que nos “representa”, sino las grandes empresas extranjeras a las cuales una vez que han sacado el gas, el petróleo, el oro, la plata etc., son dueños absolutos de ellos y no el Estado como declaran las leyes. Ellas, las transnacionales, se limitan a pagar algunos míseros impuestos y punto.
Como parte de este robo descarado, entran en escena los “coimeros traidores a la Patria”, que obrando como agentes de los consorcios extranjeros, los favorecen utilizando todo el aparato burocrático para que en nombre de las leyes que favorecen el “libre desarrollo de la propiedad privada”, sean “bien venidos”
Como ya se dijo, el petróleo, el gas o cualquier otra riqueza natural, que originalmente se dice que es del Estado, tan luego es extraída ya no es del Estado sino de la transnacional que la extrajo, ella paga unos impuestos ínfimos en relación a las ganancias obtenidas y listo el asunto. Los representantes de los gobiernos neoliberales, alegan por ejemplo, que la inversión es extremadamente alta, para explotar tal o cual materia prima se dice que es necesaria una inversión del orden de los cinco a diez mil millones de dólares o mas, con lo cual se influye en la mente de nuestra población que en su mayoría apenas tiene recurso para poder sobrevivir, y que para ella suenan realmente extraordinariamente altas, pero no se dice que esa inversión se recuperara en alrededor de cinco a diez años y a veces hasta en menos tiempo.
No se dice nada de los míseros impuestos que van a pagar las transnacionales y se justificará también el menor costo de la mano de obra, conseguido a través de la aplicación con mayor fuerza del sistema de contratación tipo servís o tercerización, sistema en que los derechos de los trabajadores son brutalmente ignorados.
Dentro del marco de las necesidades de los grandes consorcios extranjeros relacionados con el control del mercado mundial que cada día se reduce mas y mas, se a impuesto a los gobiernos títeres, los llamados “Tratados de Libre Comercio”, con los cuales no solo aseguran el mercado para sus productos subvaluados, sino que con ello destruyen la débil industria nacional, ocasionándose también en nuestro país, un aumento de la desocupación como ocurre en todo el mundo, pero con el agravante de que nosotros terminamos mas pobres de lo que somos.
¿No será que ya el sistema capitalista de producción esta llegando a su fase final y se esté vislumbrando otro sistema de producción que satisfaga las necesidades de la población y no persiga como única meta crear sobre valor que vaya a manos de particulares? Sería tonto pensar que ello pueda ocurrir pacíficamente, pues las grandes transnacionales que dominan los gobiernos de las llamadas grandes potencias, seguramente buscaran un “motivo”, que aduciendo por ejemplo que existe una “competencia desleal” de parte otro sector también importante a nivel mundial, se comience con pequeñas agresiones que pueden terminar en el inicio de una tercera guerra mundial que podría destruir gran parte de la humanidad en razón del uso de armas nucleares. No hay que olvidar que para ellos una “guerrita” es un gran negocio. ¿La población, que es la que más está sufriendo las consecuencias de la crisis, tendrá que participar y cómo en los cambios que se vienen? El Perú, nuestro país, que como se ve a diario está siendo afectado por la crisis, como podrá salir adelante?.
Bueno mis queridos amigos, este trabajo quisiera que lo vean como resultado de mi preocupación por la crisis que nos afecta. Es muy escueto pero se los estoy enviando y espero que por lo menos les despierte cierto interés en ver desde este ángulo el problema de la crisis y si fuera posible iniciar una discusión que aclare, desarrolle o contradiga las ideas vertidas en él, todo con el fin de aclararnos el momento en que estamos viviendo.